domingo, 26 de junio de 2016

Poniéndome al día n°1: Memorias de un amigo imaginario, por Matthew Dicks

Por fin he podido venir a reconciliarme con este espacio. Si alguien suele leer esto - que no creo- que por favor me permita una disculpa. En mi defensa, no tengo defensa. Ya lo puse en el título, la reseña es sobre "Memorias de un amigo imaginario". No está de más decir que soltaré toda mi verborrea personal sobre lo que ha sido este último tiempo porque tengo demasiadas ganas de escribir. La parte dos de este post en algún futuro será algo más extensa porque he leído demasiado hahaha  


2016-06-18_08-58-53


La verborrea personal, esta es la parte que puede saltarse si sólo desea leer la reseña.

En la entrada anterior, les comenté sobre un mundo que abrió nuevas posibilidades para mi: el mundo de los ebooks, más bien el mundo tras haberme comprado una Kindle. Como estudiante de casi-último año de universidad, el tema de llevar un libro en papel para los viajes es una tortura, y la verdad es que a veces los llevaba y ni los podía tocar por varias cosas:
  • A veces se me olvidaba que andaba con un libro
  • A veces el metro va tan lleno que no puedes pasar página mientras te roban tu metro cuadrado
  • Son pesados, cuando andas con un notebook malvado como el mío tu espalda nota la diferencia entre llevar un cuaderno, un lápiz o un libro de más.
  • Para alguien que estudia pedagogía es tremendamente poco práctico, entre llevar un estuche con plumones de pizarra y un libro...  aunque no quisiera, siempre ganan los estuches porque SIEMPRE alguien quiere que le expliques algo.

Dicho esto, creo que puedo vivir en paz con mi antigua culpabilidad que me recordaba que ADORO EL OLOR DE LOS LIBROS QUE YA SÉ QUE TIENE QUE VER CON EL PEGAMENTO Y LA ENCUADERNACIÓN Y TODO ESO. Antes, me negaba a la idea de leer en aparatejos, lo intenté en el cacharro que tenía antes, una tablet, esto lo dije en otra entrada, nunca lea ahí. Entonces, las posibilidades se abrieron ante mí, quizás las más notorias han sido estas:


  • Ahora da lo mismo si se me olvida que tengo libros para leer en la mochila, el peso  y espacio que usa una Kindle es NADA.
  • Pasar página no significa mover a la gente que usa tu metro cuadrado durante tu viaje en el metro. Y tampoco es agotador sostenerlo durante un viaje en el que las probabilidades de irte sentada no están a tu favor. 
  • No la saco de la mochila porque no noto la diferencia entre llevarla y no llevarla a todos lados, es más, siempre prefiero llevarla porque su contenido habla más de su importancia que su materialidad.Me refiero principalmente a que de repente, cuando llevas un libro horriblemente pesado en el bolso y no lo lees, llegas a la casa sintiéndote un imbécil. Su peso y espacio es tan poco que no es realmente significativo llevarla o no, si la llevo y no la ocupo, no llego a la casa después sintiéndome imbécil. Es más, siempre vas a preferir llevarla porque el contenido que le metiste vale oro.  
  • Es totalmente compatible con lo que estudio, no sirve solo para los libros. Los papers que me piden leer, las planificaciones y materiales los leo ahí y eso contribuye enormemente a mi ahorro en términos de fotocopias (muy eco friendly también) 
  • Plata, plata, plata, te ahorras mucha plata porque 1: Los ebooks son mucho más baratos; 2 (poco ético y el que yo uso): No falta el que los sube y paf, ahí está gratis. 
2016-06-26_05-06-16



En la entrada pasada también dije que esto me permitía discriminar muy bien si quería tener en mi colección ciertos libros, porque sí, el tema de poseer un libro para mi cobra cierta relevancia, es importante para mi tener libros que han significado algo para mi y no cierta basura que a veces leo muy por accidente. Otra de las cosas que no mencioné es que ahora leo como una maldita bala, leo más y más rápido, y siempre tengo algo que leer. El otro día hablaba con mi pololo -hola pololo- sobre que no podía entender que tuviéramos la misma carga académica, pero que él además tuviera tres trabajos (yo tengo sólo uno) y YO TENÍA MENOS TIEMPO, me dijo "Quizás si leyeras menos notarías que tienes tiempo libre", no caí en cuenta que mi frecuencia de lectura aumentó demasiado debido a la practicidad de la Kindle.

Sin más preámbulos, quiero pasar a la primera reseña aprovechando que ya estamos hablando de Kindle y ebooks. 


Reseña : Memorias de un amigo imaginario

2016-06-26_04-40-08


Últimamente, sin ser a propósito, me he encontrado con obras que tocan aunque sea tangencialmente el tema del autismo y otras variantes, no me atrevo a ser enfática respecto a estos temas, así que diré que muchas de estas obras confluyen en niños con cierta alteración de la interacción social en los más diversos aspectos. Este libro es una de esas obras.

Sobre el autor

Matthew Dicks no es un autor conocido por mi al menos, esta es, en efecto, la primera novela que leo de él. Leyendo por ahí vi que es profesor con maestría en Enseñanza con Tecnología, lo cual me calza un poco ahora con el contexto de esta novela, y es además escritor de poesía, ensayos y artículos en Estados unidos.


Sobre el libro


2016-06-26_06-12-21


Budo es el amigo imaginario de un niño llamado Max, quien tiene un comportamiento que pone de manifiesto alguna alteración en sus interacciones sociales -no me atrevería a decir de qué tipo así que no supondré nada- por lo cual Budo es muy necesario para advertirle peligros, para entrar en confianza en el medio y para desarrollar sus actividades cotidianas sin problemas. Budo tiene personalidad propia, y es capaz de ver a los amigos imaginarios de otros niños, y se sabe muy afortunado, pues Max lo imaginó casi como un niño de verdad y poseía capacidades que le permitían disociarse de Max sin meterse en problemas, pues mientras que otros niños imaginaban a sus amigos imaginarios de otros colores y se olvidaban de ciertas destrezas necesarias para un amigo imaginario como atravesar puertas para no quedarse encerrados, hablar con ellos y con otros amigos imaginarios y ser independiente,  Budo era mucho más autonomo. Algo tenian todos los amigos imaginarios en común, mientras el niño que los imaginó siguiera creyendo en ellos, ellos vivirían.

Como Max es un chico que tiende a encerrarse en si mismo, en su vida diaria recibe cierto trato especial tanto en casa como en el colegio. El enganche, sin ánimos de spoilear demasiado,  ocurre cuando Max se encuentra en una situación "peligrosa" de la cual sólo Budo tiene antecedentes,  y como es imaginario, no puede hacer mucho para ayudarlo. Lo que sí es importante es que Budo debe lograr que Max crea en sus capacidades, en su propia autonomía sin dejar de necesitarlo a él, pues si no lo necesita dejará de imaginarlo y desaparecerá. 

El libro me resultó adorable en muchos sentidos en especial, lo que más amé de este estilo fue su narración desde la perspectiva de Budo porque es cercana y sincera, habla de forma directa y no idealiza a su amigo, entiende por qué razones él lo necesita. No puedo quedarme sin compartir que ridiculicé en muchos momentos al inicio de mi lectura la idea de lo que estaba leyendo, del tipo "bien, estoy leyendo un libro que lo cuenta... un amigo imaginario", ya las páginas posteriores fueron más atrapadoras y me sensibilizaron muchísimo las características de Max y la madurez de Budo.

Leí algunas críticas antes de mostrar mi perspectiva, y en muchos casos se hablaba de que pasaban muchas páginas sin ocurrir algo relevante... eh, esa no fue mi experiencia al menos,o quizás sí pero no le tomé importancia porque de cierta forma me llenaron demasiado los detalles de esta obra. El final en cierto punto es algo predecible, pero eso no quita que te mantenga atento a los sucesos. Otra de las cosas que leí por ahí con la que no estoy de acuerdo fue que se criticaba demasiado la perfección de Budo respecto de otros amigos imaginarios, personalmente pienso que quienes no hayan entendido cómo se construyó Budo en la mente de Max, no entienden a Max en el sentido de que es un niño meticuloso debido a la personalidad que tiene en conjunto con sus características sociales, es obsesivo por el orden, es molestado por compañeros, etc. En palabras simples: Max necesita a Budo porque es un compañero que le advierte el peligro, y para ello necesita tener características que otros amigos imaginarios no tienen, y no puede permitirse que Budo quede encerrado en otro lugar mientras él no necesita. Creo que en esos aspectos defiendo la naturaleza del libro porque me parece bastante lógico, memorable, y entretenido.   


Yendo a lo que siempre se quiere saber: ¿Lo recomiendo?, Sí, mucho. Es una lectura muy rápida, muy emotiva, de muchas enseñanzas y la verdad es que tienes poco por perder (en términos de tiempo si lo lees y no te gusta) y mucho por ganar si es que te gusta y te atrapa algo la historia. Tengo la impresión de que funciona muy bien para tratar temas como la diversidad, tolerancia, el autoconcepto, etc. Opino esto mismo de libros como El increíble caso de Barnaby Brocket de John Boyne o El curioso incidente del perro a medianoche de Mark Haddon.


Eso es todo por hoy, espero que tengan un buen fin de semana!  Tau  

No hay comentarios :

Publicar un comentario